La mayor fuente de contagio de legionella lo constituyen los sistemas de agua y aire acondicionado de los grandes edificios como oficinas, hospitales, hoteles, centros comerciales…
La legionela puede pasar de sus hábitats naturales a nuestros sistemas de agua, donde puede llegar a multiplicarse si no reciben los tratamientos adecuados.
Esta bacteria acuática se ha convertido en un patógeno humano casi por accidente.

La legionela puede pasar de sus hábitats naturales a nuestros sistemas de agua, donde puede llegar a multiplicarse si no reciben los tratamientos adecuados.
Esta bacteria acuática se ha convertido en un patógeno humano casi por accidente.
Cuando llega a nuestros pulmones, la legionela es detectada por nuestras células inmunitarias (del sistema de defensa), en concreto los macrófagos. Los macrófagos las “ingieren” con el fin de eliminarlas de nuestro organismo. La bacteria entonces hace lo mismo dentro de nuestros macrófagos que dentro de los organismos unicelulares en el agua: se multiplica hasta que los llega a romper.
En contra de lo que piensa mucha gente, la legionela no se transmite por via oral. Es decir, por beber agua contaminada con Legionella no se contrae legionelosis. La legionela se transmite a través de la inhalación de microgotas de agua que contiene la bacteria.
Esas microgotas se llaman aerosoles y son lo suficientemente pequeñas como para ser respiradas y pasar todas las barreras de protección de nuestro sistema respiratorío y llegar a los alveolos pulmonares, donde se encuentran con nuestros macrófagos causando la infección.
Las condiciones que favorecen su proliferación son varias. Hay que entender que la legionela es un microorganismo acuático, así que su ciclo biológico está diseñado para multiplicarse y sobrevivir en el agua. Es un especialista. La multiplicación de esta bacteria se ve favorecida principalmente por:
- ciertas temperaturas (entre unos 20 y 50C es la temperatura óptima para ella),
- la ausencia de desinfectante
- y la presencia de amebas o biofilms que le puedan servir de protección.






